lunes, agosto 21, 2006

Un domingo...

A ver...
¿Qué sentido tiene que llueva 30 minutos en todo un fin de semana?
¿Qué sentido tiene que justo sea en el fútbol de los sabados?.
ninguno, pero asi ocurrio ayer. Y si, nos arruino la emoción, la esperanza...el fulbo.
Pasando a otro tema, aporto un nuevo comentario en la ya presentada sección...

...Pequeñas miserias diarias
Quien ha viajado en tren ha conocido al peor flajelo de la humanidad: Las viejas chotas. Ojo, no confundan, hay ancianas muy amables, hay gente de la tercera edad muy digna que viaja en dicho medio de transporte. Pero hay una especie en la fauna del Sarmiento llamada "vieja chota".
Como las identificamos, pues...
- La vieja chota pide permiso para pasar al centro del vagón cuando este esta lleno hasta la manija. Uno, que es buena persona de vez en cuando, hace aparatosos movimientos y posiciones incomodas para que pasen, liberando un pequeño espacio a nuestras espaldas. la señora amable pasa y dice gracias. La vieja chota se queda en ese lugar que nosotros deberiamos estar ocupando, dejandonos todos arqueados, haciendo equilibrio sobre alguno que esta sentado el resto del viaje. Resultado: contractura segura en la espalda.
- La vieja chota te empuja para sacarte ese asiento que venis fichando desde que te subiste al tren. Pongamos por caso, uno se sube en ituzaingo y le apuesta a un asiento con la esperanza que se vacie. llegamos a caballito y finalmente se desocupa (a todo esto, solo falta una estación para llegar y ya pasaron 40 minutos de viaje). Una "vieja chota" que se subio una estación antes, aparece de la nada (uno siempre tiene la precaucion de elegir asientos lejos de las puertas, y menos los reservados para las ancianos, claro) e impunemente nos pega un culazo y nos deja parados. Ok, son mayores...pero...¿¿¿¿no puedo pegarme la siestita????..!!!¿¿¿por que uno???!!! y ni siquiera pide permiso, nada, si a uno le piden las cosas, bueno...pero...asi no!.
- La vieja chota, trata de subirse a un vagon en el que no entra un alfiler y empieza a los gritos a pedir que no aprieten. Señora...si ud. ve donde se mete, despues no se queje, que los apretones y sofocones nos llegan a todos por igual.

Esto no es una denigracion de nadie, es solo un comentario sarcastico sobre ciertas actitudes que...inflan la masculinidad de uno. Lean, rianse, y si conocen mas actitudes asi, diganlas!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Las viejas chotas son la única especie que lamentablemente no corre peligro de extensión.
Su hábitat no solo se limita a los bagones del Sarmiento, dado que cuentan con una gran capacidad reproductiva y su edad fertil es mucho más amplia que la de cualquier otra.
Otros lugares que suelen frecuentar son las paradas de colectivo, arriba de los mismos, otros ramales de trenes, y las más jóvenes y nuevas, con relativa agilidad en las piernas, en los bagones de cualquier linea de subte.
No tienen una caracteristica física que las idenfique a simple vista (caracteres fenotípicos), sino mas bien que toda la informacion que las hace ser como son está metido en lo más oculto y recóndito de su código genético.
La actitud que las delata es la mala educación, la actitud grosera, desmedida y ambiciosa.
Algun cabello facial, propio de la menopausia, tambien puede dar el indicio, pero como es malo caer en las burdas generalizaciones, calificaremos a las viejas chotas (o su nombre científico mauvais abgenuts) más por su comportamiento social/zoológico que por su caracter genotípico.
En una próxima entrega, continuaremos la diatriba absurda sobre el de estas viejas de mierda y tal vez hagamos alguna que otra analogía con las moscas de la fruta.

Anónimo dijo...

AMEN

Muerte a las VIEJAS CHOTAS

hail mein Fürer!
viva Perón

Anónimo dijo...

Pequeñas miserias diarias (mías):
Si nunca fuiste a laburar en bici entonces nunca sabrás la adrenalina q corre por las venas de quien sí lo hace cada día...son 8 menos 20, todavía no me tomé el mate q se enfrió sobre la mesada, mientras me vestía y guardaba los materiales q llevaría esa mañana en la mochila, me acerco a la bici, está en llanta, trato de inflarla, salta el resorte del inflador, llamo a la remisera, no hay autos, están todos reservados para la hora del cole...llego a mi trabajo 15 minutos tarde. Me recibe la preceptora con 11 pesos que juntó para el regalo de la profe de música (obvio que sin anotar de quien es cada peso); me esperaba la mamá de Fabrizio para decirme que "el nene quiso venir igual, pero hace caquita floja, t podés fijar cdo vaya al baño?"; me para la dire y me deja una resma de comunicados para firmar en 5 minutos x q los tiene q llevar al consejo; el nene q vino con pase de La Matanza ayer no para de llorar y de tirarse al piso; cdo quiero dejar en dirección los informes de los legajos (la mitad escitos a mano, porq me quedé sin cartucho) me doy cta q los dejé en una bolsa en el canasto de la bici...puedo seguir con la lista de miserias...pero nada se compara a viajar en el Sarmiento, eso sí q es miserable...

Anónimo dijo...

Firma del comentario anterior:
Maru