La odisea

La odisea, como muchos de uds. sabrán, es un libro de Homero, poeta griego, o al menos se le adjudica a él ( Homero supongo no sabría lo que es un libro cuando escribió estos "hechos"...). En esta historia se cuenta las aventuras y desventuras de un héroe aqueo, Ulises (u Odiseo...de ahi el nombre...), quién luego de la guerra de Troya, tuvo que sufrir como castigo por un mal comportamiento una penosa vuelta al hogar, cargada de desgracias.
Odisea, también, es utilizar el transporte público en la bienamada Buenos Aires, particularmente si uno quiere retornar al hogar. No se que ofensa habré cometido contra los dioses. Tampoco me siento muy Ulises que digamos, no me espera Penélope cuando vuelvo a mi hogar, no desolé Troya, ni nada de eso.
Sin embargo mi odisea arranco cuando salí hoy de XXXXXXXX, mi lugar de trabajo. Alegre de que iba a casa con el resto del día libre, procedí a ir a la esquina de DL, que queda en Paseo Colon al 500, a esperar al 64 que me depositaría en Once. Luego de esperar 15 minutos, bajo una sorpresiva, helada, molesta y triste llovisna sin paraguas, veo que asoma en el horizonte un 64. Mi corazón se alegro, pero el destino no estaba de mi lado. Unos metros mas adelante habia parado otro colectivo de otra linea y estaba arrancando... y mientras arrancaba le hacia cortina al 64, que ,pasandolo por detras, ni notó que había una parada conmigo en ella. Claro, como yo tampoco lo podía ver, recien lo vi cuando ya había pasado. Como debe suceder en estos casos, el proximo colectivo que vino (luego de otros 10 minutos) estaba lleno hasta la manija. apretado y todo subí igual. Pasando plaza de mayo, el chofer para suben un par de viejas y otro par no podía subir (no había lugar, realmente) y el colectivero quería arrancar. Las viejas al venir todas juntas empezaron a exclamar cosas como "momento chofer, no puedo subir chofer, no arranque chofer" y el chofer "sras, no hay mas lugar, atras viene uno vacio, bajense porque no puedo salir con la puerta abierta". A todo esto a una de las que estaba arriba le salió el che guevara de adentro y le dijo "no me hable ud. así, esto es un transporte público" (si vamos al caso, Sra., el servicio es público, el transporte es privado...) y otra sarta de huevadas de las que nadie se sentiría orgulloso de decir, realmente. Para sazonar todo, el colectivo estaba lleno de piqueteros, que obviamente, viajaban gratis, no como uno que paga (ok, si, somos ricos, por eso.). bueh, entre esto y lo otro al final llegué. Me subi al primer tren (el de doble piso!) y llegue re tarde a casa.
Son pequeñas aventuras las que vive uno cada día...pequeñas miserias, pequeñas anécdotas.